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​​Al principio del tiempo el mundo era gobernado por la sombra del egoísmo, era un mundo donde los corazones de los guerreros se separaban cada vez más haciendo imposible poder luchar contra las fuerzas del mal, lanzando la esperanza de sobrevivir a un abismo sin salida.
Sabiendo esto los tres dragones del aion Taiga, Winel y Sandox, fueron reunidos por las páginas del destino en las lejanas montañas de Heiron, donde unieron fuerzas y esperanzas para darle vida a  los Dragones Dorados.
Ese día nace una legión, un grupo, una familia sin límites ni diferencias, una legión donde lo más importante fuese la amistad. Haciendo de la unión el poder más grande que se pueda poseer en el mundo, haciendo de cada momento una aventura de héroes y hoy en día después de dos años de aquel día; ese mismo legado sigue vivo, conquistando fronteras inimaginables para el pensamiento, sembrando momentos compartidos en el recuerdo de muchos,  haciendo cada vez más pequeño el mundo en nombre de la amistad.
Porque somos legión, somos amistad, somos los Dragones Dorados